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Empieza por saber por qué el sueño es tan importante para tu salud

La cantidad y la calidad del sueño inciden de manera directa en el estado físico y mental, y se reflejan en la salud, el rendimiento y el ánimo.

Duerme lo justo, ni más ni menos

Diferentes estudios han demostrado que el exceso de sueño es tan negativo para la salud como la privación del mismo, y aunque las horas exactas que debe dormir cada uno dependen de cada cual, hay unos rangos bien definidos para las distintas etapas vitales que nos pueden servir de guía.

Fíjate un horario para dormir y cúmplelo

Compaginar el reloj biológico con la agenda laboral y social no es tarea sencilla, pero es imprescindible para dormir bien y que el sueño sea saludable.

Establece tu ritual para conciliar el sueño

Parece una paradoja pero no lo es: dormimos para descansar, pero cuanto más cansados estamos, más nos cuesta conciliar el sueño. Por eso es fundamental que llegues a la cama relajado.

Elige bien tu dormitorio y lo que hay en él

Para dormir y dormir bien, escoge la habitación más acogedora de la casa, la que mejor puedas aislar del ruido y la luz, la de temperatura más fácilmente regulable… y coloca en ella una cama amplia, con un colchón y una almohada confortables, vestida con tejidos naturales.

Haz que la cena te ayude a dormir

No dormirás bien si te acuestas inmediatamente después de una copiosa cena, pero tampoco lo lograrás si te vas a la cama con hambre. Sin embargo, te asegurarás un sueño reparador si además de cenar a la hora apropiada y la cantidad justa, eliges adecuadamente los alimentos.

Duerme a oscuras y en silencio

La exposición tanto a la luz artificial como al ruido, antes y durante el sueño, puede alterar la calidad del mismo y generar problemas de salud.

Cuida la temperatura

Los niveles máximos de tiempo total de sueño, sueño profundo y sueño REM se alcanzan en ambientes térmicos neutros, es decir, en aquellos en los que no se siente ni frío ni calor.

Convierte el ejercicio físico en un aliado del sueño

El ejercicio físico es para nuestra salud y también para nuestro descanso, pero no cualquier deporte ni a cualquier hora. Para dormir bien, debes hacer un ejercicio aeróbico moderado varias horas antes de irte a dormir, evitándolo al menos tres horas antes de irte a dormir.

Aunque trabajes a turnos, no renuncies al sueño

La principal consecuencia del trabajo a turnos es la falta crónica de sueño, resultado de dormir poco y mal. De ahí la dificultad para mantenerse despierto durante las horas de trabajo y el descenso en el rendimiento laboral.

Esperamos que te hayan sido útiles estos consejos y que la próxima vez que vayas a la cama, tengas un plácido sueño.